Segunda sesión

19 de octubre de 2017

Segunda sesión:

– Comentario del libro: “La voz dormida”. Autora: Dulce Chacón.

– Propuesta de lectura: “LA MUJER OLVIDADA. Clara Campoamor y su lucha por el voto femenino”. Autor: Isaías Lafuente Zorrilla.

Libro

 

 

“El 1 de septiembre de 1931, el día en que subí por primera vez los seis peldaños de la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados para defender el sufragio femenino, yo tenía que estar muerta.

De esta manera comienza la narración de la autobiografía ficticia de Clara Campoamor que ha escrito Isaías Lafuente. Se trata de recrear o imaginar las memorias que Clara Campoamor nunca llegó a escribir. Anciana y enferma, desde su exilio en Lausana, la mujer que defendió y consiguió el reconocimiento del derecho al voto para las mujeres españolas en las Cortes constituyentes de la Segunda República, recuerda aquel debate memorable en el que tuvo que enfrentarse a los prejuicios de los hombres y de la única mujer, Victoria Kent, que ocupaban sus escaños.

A través de sus páginas, Isaías Lafuente nos descubre la apasionante vida de una mujer que antes de cambiar la Historia tuvo que cambiar la suya propia. Huérfana de padre, tuvo que abandonar sus estudios siendo una niña para ponerse a trabajar. Con 32 años, cuando la vida de las mujeres de su época estaba amortizada, decidió reemprender su formación y en una década intensa consiguió acabar Derecho, montar su bufete de abogada en Madrid y obtener un escaño como diputada.

La suya fue la primera voz de mujer que se escuchó en el Parlamento español. Su apasionada defensa del voto femenino, en contra de su propio partido, que la dejó sola, fue, paradójicamente, su mayor éxito político y la causa de un imparable declive que la llevó al ostracismo. Vivió su largo exilio consumida por la angustia de no poder regresar a su país y por la decepción de que pasaban los años sin que las mujeres españolas lograsen recuperar los derechos que ella había contribuido a conquistar cuarenta años antes.

Perseguida por el régimen de Franco, nunca se le permitió regresar a España. Sólo pudo hacerlo, convertida en cenizas, tras su muerte, el 30 de abril de 1972. La memoria no ha hecho suficiente justicia a esta mujer excepcional. Y en la España actual aún se encuentran enciclopedias, libros de texto o tratados políticos que olvidan incluir su nombre.

Muy acertadamente, Isaías Lafuente utiliza la primera persona para suplir el hecho de que no escribiera su autobiografía en estos recuerdos de Clara Campoamor desde Lausana en los últimos días de su vida.

El alemán Dr. Moebius y otros Moebius nacionales hablaban de la inferioridad mental de la mujer. ¿Es la mujer un ser humano?, se preguntaba en aquella España Gregorio Martínez Sierra, famoso dramaturgo de la época. Todavía no se sabía entonces que sus mejores obras las había escrito precisamente una mujer, precisamente la suya: María Lejárraga.

Clarín decía de Emilia Pardo Bazán que era un marimacho y otro famoso novelista de la época sólo acertaba a decir cuando le comunicaban que había muerto Dª Emilia:

-¡Qué pena! ¡Con lo bien que la chupaba!

Las mujeres tenían sus derechos civiles limitados. O simplemente no tenían derechos. No se concebía la coeducación y en los primeros tiempos de la Segunda República se daba la paradoja de que las mujeres podían ser elegidas como Clara Campoamor o Victoria Kent, pero no podían ser electoras.

Circulaba en aquella España el tratado La indiferencia espiritual del sexo femenino, del diputado gallego Novoa Santos, patólogo patológico que decía que el histerismo no es una enfermedad sino la propia estructura de la mujer.

En ese contexto se desarrolla la vida de Clara Campoamor, telegrafista que luego deja de escribir al dictado, que dio clases en la Escuela de Adultos y entró en el Ateneo, donde conoció a Margarita Nelken.

Con 33 años inicia el Bachillerato, ingresa luego en en la Universidad donde completa estudios de Derecho. Y casi a la vez que Victoria Kent, fue la primera mujer que abrió bufete en Madrid. Sus primeros gestos republicanos se produjeron durante la dictadura de Primo de Rivera. Luego vivió la proclamación de la República en San Sebastián.

Y tras el decreto de las faldas, que hizo elegibles a las mujeres y a los curas, fue elegida parlamentaria en las listas del Partido Radical.

Y empezó a defender, para eso subió a la tribuna aquel primero de septiembre de 1931, el voto femenino. Un voto peligroso porque las mujeres estaban dominadas por la sacristía, según se denunció en aquel enfrentamiento en el Congreso con Victoria Kent que lo consideraba inoportuno y prematuro. Y aunque se llegaron a proponer alternativas enloquecidas como el llamado voto de la menopausia, el derecho de voto para la mujer a los 45 años, finalmente triunfó la propuesta que defendía Clara Campoamor, que en 1936 publicó Un pecado mortal, memoria personal sobre su lucha por el voto femenino.

Tenía que estar muerta, iba pensando, porque la esperanza de vida para la mujer de su época ya la había rebasado por entonces. Desde esa condición de superviviente, el 1 de setiembre de 1931, con 43 años, Clara Campoamor sube por primera vez a la tribuna de oradores del Congreso.

Setenta y cinco años después de aquellas jornadas de septiembre de 1931, este libro fue un merecido homenaje a su lucha y a su memoria.”

Mayra Vela Muzot

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14 comentarios en “Segunda sesión

  1. Coordinadora Begoña Etayo Ereña Autora del post

    Hola chicas:
    Quería comentaros que, al decirme ayer que no habíais visto los enlaces sobre Vallejo-Nájera, me he quedado con la preocupación de que quizás no hayáis visto toda la documentación que os puse para la primera sesión.
    Al final del texto sobre el libro vienen varios enlaces:
    Autora
    Vídeos
    Artículo Pioneras
    Artículo Miradas
    Enlace Vallejo-Nájera 1
    Enlace Vallejo-Nájera 2

    Tenéis que clicar sobre cada uno de ellos para poder ver su contenido.
    Toda la información adicional va a ir debajo de la explicación sobre el libro y antes de los comentarios. En esta página ya veis que hay dos enlaces: Autor y Vídeos.

    1. Maite Fernández García

      Hola a todas!
      Tengo que decir que yo me quedé un poco perpleja porque se me había pasado, ahora lo he estado leyendo porque la verdad no tenía ni idea de las «actividades» de Vallejo-Nájera… 🙁 sin comentarios mejor del tipo este)
      Respecto a la sesión de ayer… Bego me encanto!!, fue muy interesante, tanto la charla, como la parte formativa, se me hizo corto y vaya, que lo pase bien.

      Así que gracias a todas.
      Nos vemos en la siguiente sesión
      Maite

  2. Coordinadora Begoña Etayo Ereña Autora del post

    Me alegro mucho, Maite.
    Aprovecho para poneros el enlace relacionado con “La Pastora”, el maquis del que estuvimos hablando en la anterior sesión, que vivió parte de su vida como mujer y la otra parte como hombre, por si tenéis curiosidad:
    https://www.youtube.com/watch?v=kX8i_z7rgI0
    https://www.youtube.com/watch?v=CVcpcvhXk_o
    https://es.wikipedia.org/wiki/Teresa_Pla_Meseguer

    Un abrazo a todas

  3. Coordinadora Begoña Etayo Ereña Autora del post

    Hola chicas:
    Os he añadido un nuevo apartado debajo de Autor y Vídeos. Se llama Artículos y creo que os resultarán interesantes.
    Un abrazo a todas y animaos a hacer algún comentario.

  4. Miriam Garrido Remírez de Gamuza

    Buenas noches a todas, deciros q no se si podré asistir a la próxima cita por cuestiones de trabajo. Quisiera realzar las siguientes frases o fragmentos del libro: «Sólo con ideas propias dejaremos de escribir algún día el dictado».
    «Cuando comprendió que el peor mal que atenazaba a las mujeres no era origen sólo en leyes, costumbres, historia, sino la resignación de las propias mujeres en que lo asumíamos como genético.
    Cuando Gil Robles presenta un millón de firmas de mujeres que piden la protección de las órdenes religiosas,» quedan otras 4 millones q podemos intentar conquistar. Ese es nuestro trabajo.»
    » El ruido de las carcajadas pasa y la fuerza de los razonamientos queda» C. Arenal
    «El problema es tener el cuerpo en un lugar mientras que el alma sigue instalada en otro».
    Después de leer el libro , es inevitable identificarse con ella…los sinsabores ,las luchas esteriles entre lo que crees mejor para tod@s y las aspiraciones personales de cada cual….Que sóledad tan sentida. Me imaginaba que era yo la que daba el discurso en la cámara.de hecho lo leí en voz alta y hasta sentía que mis emociones querían aflorar pero las reprimía para que no creyesen que era símbolo de debilidad.
    Me pregunto: ¿ cuando llegaremos a la verdadera igualdad…?? Quizás cuando accedamos a los púlpitos, veamos Papisas,….esto tiene que cambiar. Felices sueños….zzzz

  5. Amelia Díaz

    Hola chicas
    Yo no asisti ayer y no creo que pueda asistir ni a Villabuena ni a Moreda. Pero espero leer los libros y poder hacer comentarios sobre lo leido en este espacio. Este libro sobre Clara Campoamor no deja de ser una biografia escrita por otra persona y no tiene mucho ornamento literario, pero, aun asi, ha sido entretenido leer las vicisitudes de esta mujer lectora empedernida que tuvo que trabajar, trabajar y estudiar, y despues luchar por sus ideales hasta el final de sus dias. Se que, seguramente la estudie en la escuela, porque su nombre me ha sonado mucho siempre pero era un nombre mas. A partir de ahora no se me olvida seguro. En cuanto a P.J. moebius y su libro «La inferioridad mental de la mujer» y de mas » Moebius » que han existido y que todavia , por desgracia, existen no tengo palabras. Decir que siento admiracion por su fuerza de voluntad y lucha.
    Me ha gustado

    1. Coordinadora Begoña Etayo Ereña Autora del post

      Me alegro mucho, Amelia.
      Tb me parece estupendo que si no puedes venir a alguna sesión, estés en contacto con nosotras a través del Blog. De todas formas, si pudieras venir a la próxima sesión en Moreda, estaría muy bien porque voy a pasar un PowerPoint, que yo creo que es muy importante para luego centrar todos los temas.
      Un abrazo

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